La inteligencia emocional es un factor determinante para la salud mental y física. Es algo que los expertos no cuestionan y que el trabajo con este tipo de inteligencia permite aprender. El resultado es un aumento del bienestar, tanto personal, como comunitario.
Por ello, el alumnado del centro ha creado esta actividad de diferentes formas según el nivel y para usarlo a lo largo de todo el curso.
Primeramente, cada clase ha nombrado ciertas emociones positivas y negativas para plasmarlas en un emocionómetro en clase.
Tras haber creado dichas emociones y haberlas pegado en dicho mural, cada alumno y alumna podrá expresar sus emociones o sentimientos cada día colocando su nombre en el emocionómetro.